Si bien es cierto que, España cuenta con potencial solar, también lo es el hecho de que está sufriendo una desaceleración en las instalaciones de la energía solar, esto debido a los contextos energéticos que han surgido, al igual que los normativos y económicos.
Hace algunos años atrás (2007-2009), el país estuvo situado en el número uno a nivel mundial en energía solar.
Sin embargo, el día de hoy, aún sigue habiendo facturas que tienen un costo mucho mayor que el petróleo, los consumidores están pagando menos del 6% de la producción que genera más del 20% del costo.
Por lo que vemos en definitiva que hay una total incongruencia, pues en el país existe una sobrecapacidad ya instalada del 40%, y aun así, no ha dejado de subvencionar a clientes debido al servicio de interrumpibilidad, lo que supone un ingreso de 500 millones de euros al año y que es pagado por el consumidor.
Hasta el 2014, los costos de la luz en este país, ha subido hasta el 65%.
Ahora bien, con la reforma eléctrica, se ha logrado eliminar el déficit de las tarifas, pero se tendría que mantener el equilibrio de éstas en un futuro, evitando que haya nuevas filtraciones que vuelvan a sugerir elevar los precios y con ello se vaya destruyendo la competitividad.
¿Cómo superar el reto de la energía solar en España?
Una de las mejores maneras de mantener esta competitividad y el nivel de la energía solar con más bajas facturas, sería el fomentar reformas que así lo promuevan.
La factura eléctrica debe estar libre de cargas políticas tales como:
- 1.- Los sobrecostos de las islas así como de las enclaves
- 2.- La financiación de las renovables
- 3.- Los costos de la deuda del déficit tarifario
- 4.- Por último el IVA
Si lo que se pretende es avanzar, España tiene que mantener una visión mucho más amplia sobre el futuro del mercado energético e ir ejecutando medidas para entrar en una transición que los lleve a conseguir los objetivos.
Se puede tomar ejemplo de países como Estados Unidos, Alemania y aprender de ellos, no se puede seguir pensando que los consumidores pueden pagar por las subvenciones que además son injustificadas.
El cambio es necesario e imperativo.